A lo largo
de los años se han presenciado magníficos equipos, que gracias a su buena forma
de jugar al fútbol han quedado grabado en la historia del fútbol y en el
recuerdo de las personas. Son el caso de ‘La Naranja Mecánica’ del 74 o la
selección húngara del 54, con Ferenc Puskas como jugador emblema. Pero hay
otros que injustamente no son recordados con la misma admiración o valor, por
el simple hecho de no haber alzado una copa o no haber jugado una final. Ese el caso de la
selección brasilera que disputó el Mundial de España 82. Dirigida por Telé
Santana, que años más tarde lo ganaría todo con Sao Paolo, y con artistas del
balón en su once deslumbraron y enamoraron por su simpleza al construir o improvisar jugadas, armar paredes o ejecutar
centros exactos que tenían como destino el gol. Zico, Sócrates, Falcao, Toninho
Cerezo, Eder y Junior, eran los artistas del mencionado conjunto de ensueño. Era
un equipo formado casi a la perfección, pero tenía algunos puntos bajos, dos
para ser más exactos: el arquero, Pérez y su delantero, el menos espectacular
del ataque quizá, Serginho.
Sorteo y participación en el mundial
La URSS, Escocia y Nueva Zelanda terminaron emparejados en el
Grupo F con el poderoso Brasil. Teóricamente ninguno de sus rivales estaba al
nivel de los ‘cariocas’ o, por lo menos, arriesgaban su clasificación a la
siguiente ronda.
Su debut en la justa más importante de selecciones era ante
la URSS, rival que más problemas le podía ocasionar. Y así fue. Los soviéticos propusieron un
equipo muy ordenado en rectángulo verde y de forma sorpresiva, se colocaron
adelante en el marcador a once minutos de acabar el primer tiempo, mediante
André Bal. Esto no ocasionó que los brasileros se desconcentres y siguieron
elaborando opciones del marcar. Pero los europeos supieron bloquear a los
dirigidos por Telé Santana y con el marcador arriba se fueron al descanso. La
segunda parte escribió otra historia para los sudamericanos, que a la medio
hora del complemente empataron el encuentro con un gol del talentoso Sócrates. Brasil
y sus estrellas tenían las armas para dominar el encuentro y así lo hicieron,
aunque los soviéticos no dejaron en ningún momento el orden y el toque en todos los sectores del campo. Pero los
brasileros se mostraban superiores y sus ataques constantes al área rival,
trajeron consigo el tanto de Eder, que les otorgo la victoria.
Escocia era el siguiente rival, al cual debían vencer para
asegurar el pase a la siguiente ronda. De igual forma a los sudamericanos se
les adelantaron en el marcador a los 18 minutos del transcurso del encuentro
con un gol del David Narey. Brasil nuevamente confirmaba sus falencias
defensivas. Pero esta vez los escoceses no complicaron al seleccionado
brasilero, a pesar de contar con una escuadra de respeto y con uno de los
mejores jugadores escoceses de la historia, Steve Archibald. Zico, más conocido
como el ‘Pelé blanco’, puso la igualdad a los 33‘, marcando uno de los mejores
tantos del certamen. Brasil siguió mostrándose superior y elaborando de forma
continua opciones, y a penas
transcurrido tres minutos del complemento Oscar despertó la alegría
‘verdeamarilla’ al ubicar adelante en el marcador a su país. El segundo tiempo
se tornaría de igual forma con supremacía brasilera. Situación que Eder y
Falcao aprovecharon para decretar el triunfo, a los 63 y 87 respectivamente.
Su último encuentro de grupo, ante la débil Nueva Zelanda,
culminó, de nuevo, en una goleada. En un partido donde los oceánicos no
tuvieron la más mínima opción de crear peligro en área rival, los ‘cariocas’ encajaron cuatro
dianas. Para la primera parte un doblete de Zico (28’ y 31’) abrió el marcador
en el Benito Villamarín, Sevilla. Complementaron el ‘póker’ de goles Falcao
a los 19 del segundo tiempo y Serginho,
seis minutos después.
Brasil se clasificaba
a la siguiente ronda como único líder y más candidato que nunca, gracias a su
facilidad para improvisar, tocar y
arrasar con los rivales.
Segunda ronda y la sorpresiva caída
Brasil
compartió el Grupo 3 con Italia y Argentina. Sus adversarios para esta
oportunidad sus adversarios no se mostraban tan fáciles, aunque realizaron una
fase de grupos con un nivel irregular. Italia, por su parte, no pudo conseguir
ningún triunfo y no mostraba el suficiente nivel como para consagrarse, sin
embrago, tras una serie de empates se clasificó segundo en su grupo, detrás de
Polonia. Argentina, en cambio, comenzó con una derrota 1-0 a manos de Bélgica,
pero logró revertir la situación y consiguió dos triunfos en sus dos últimos
partidos.
En la
primera jornada, los brasileros descansaron e Italia no desaprovechó la
oportunidad de sumar dos puntos (por esos años no se sumaba de tres sino de a
dos) y obtener su primera victoria en el mundial. El resultado terminó 2-1, y
se observó un conjunto italiano con mejoras pero conservando su estilo
característico, el defensivo.
Alineación inicial de los dirgidos por Telé Santana
La siguiente
fecha, Argentina buscaba una victoria en su enfrentamiento con Brasil, para tentar
acceder a las semifinales del torneo. Brasil, por su lado, iba por la misma consigna, pero con el sello
de favorito. De todas formas no se podían confiar, porque los ‘gauchos’
contaban con jugadores de la talla de Maradona y Kempes. Ambos equipo mostraban
un estilo ofensivo y del buen uso del balón, pero los ‘cariocas’ se adelantaron
y Zico, nuevamente, inauguró el marcador a los 11 de la primera parte. La
escuadra ‘albiceleste’ no se quedaba atrás e intentaba marcar, pero la posición
en el campo de sus principales armas de ataque no era el adecuado. Su
entrenador, Cesar Luis Menotti, ubicó al Diego muy alejado de su posición,
cuando en verdad no necesitaba que lo alimenten con centros, porque él era el
‘10’ y esa era su función o, simplemente, se las generaba solo. Lo mismo
ocurrió con Kempes, colocado en centro del campo, cuando su principal
característica era el gol. Para el segundo tiempo, los argentinos observaron
como Brasil los dejaba fuera del mundial y sin alternativa de conseguir el
bicampeonato. Las dianas de Serginho y Junior, hicíeron polvo el sueño de los
rioplatenses. Más tarde, a los 89’, Ramón Díaz, anotó un gol sin relevancia en
lo restante del partido.
En el partido definitorio, ambas
escuadras, Italia y Brasil, se encontraban necesitadas de un triunfo para pasar
a la siguiente fase y seguir en carrera en la conquista de la Copa del Mundo. De
igual manera, Brasil contaba con todo lo necesario para vencer a los del país de
la bota, inferiores en ataque y con Paolo Maldini que realizaba una actuación opaca
en el mundial. . Pero en lo que concierne a la defensa, su punto más fuerte históricamente,
tenían como complicar a Brasil, que presentaba problemas en ese sector del campo.
A las cinco
y quince de la tarde se daba inicio al duelo y tan solo cinco minutos después,
para la sorpresa de los cuarenta
y cuatro mil espectadores en el Estadio Sarriá, Paolo Rossi
anotaba el primero de cabeza y colocaba adelante a su selección. Los brasileros
nuevamente debían remontar un resultado adverso y sin perder su estilo de
juego, Sócrates, tras una asociación con Zico, marcaba la igualdad, que les
bastaba para clasificarse a las semifinales. Los ‘verdeamarillos’ se mantendrían
organizando el juego en el medio del campo y originando alternativas, pero
nuevamente Rossi apareció y desestabilizo a los tricampeones, hasta ese
momento, con una nueva diana. Brasil
jugaba mejor, pero los italianos aprovechaban sus equivocaciones. Los primeros
45 no presento más goles y recién en el complemento, 23 minutos más tarde,
Falcao les devolvió el acceso a la siguiente instancia y a la
esperanza a todo un país. Pero la felicidad
no es eterna y eso se les dejo en claro Rossi, en el momento que aprovechó una
nueva falencia defensiva del ‘scratch’ y marcó el gol que les significó el adiós
de la justa. Los dirigidos por Telé Santana siguieron produciendo, pero fue en
vano, los europeos hicieron lo que mejor saben hacer: poblarse en la parte de atrás
y convertirse en un candado. Una vez más la estrategia les funciono. Una vez
más perdió el que mejor juega.
(http://www.jotdown.es/2011/10/brasil-82-el-futbol-que-cayo-del-cielo/)